18 de junio de 2012

Hasta sangrar.

No sé qué tengo que hacer. Si lo supiera no estaría en esta situación.
No sé ni porqué escribo, si sé que a estas alturas no sirve de nada.

Estoy en el centro de una depresión que he creado yo sola.
Eso de despertar llorando, acostarse llorando, odiar, odiarme, hacerme daño, en todos los sentidos.
Vomitar practicamente cada bocado de doy, desmayarme una vez cada dos días. Deseos infinitos de drogarme hasta sangrar por dentro.

¿Cómo he llegado hasta aquí?
Supongo que han habido tiempos peores, y ninguno me ha causado esto. ¿Qué es lo que ha pasado?
Tal vez es que me cegué. En esos momentos solo pensaba en fingir estar bien, no ser yo, incluso cambié en ciertos aspectos, intentando ser como el resto y no mostrar mi sufrimiento. Tanto que me acostumbré.
Pero, al fin y al cabo soy yo. Y duele. Y es inevitable.
Y aquí estoy. Ocultandoselo a los que no lo entienden. Excusandome ante los que se dan cuenta y, todavía buscando algo a lo que agarrarme de esa(s) (pocas) persona(s) que me entiende(n).

Creo que no sirve pedir ayuda, ni intentar ayudarme. Me acostumbraré a esto, o le daré tiempo al tiempo.
Al final, o morirán ellos, o moriré yo.

Os odio, hijos de puta, por haberme hecho estar sola, por dejarme sola. Os odio.

3 de junio de 2012

Fin del sueño. Por ahora.

No es justo y lo sabemos.
Poder ser completamente sincera solo con una persona, y que esa persona esté a 600 kilómetros.
No poder hacer nada por solucionarlo. Que todo vaya en contra.

Que realmente pareciera un sueño, porque no se podía superar esa perfección. Insuperable. Completamente.
Pero despertar por la mañana con lo poco que me queda de ti, enredado en mis dedos y darme cuenta de que solo tuvo de sueño lo increíble.

Con miedo a decir lo que pienso, como si todo pudiera romperse en cualquier momento. Deseando continuamente que no sea la ultima oportunidad, un 'Habla ahora, o calla para siempre'

No puedo decir nada que no puedas saber sintiéndome. Sintiéndonos.

Bah.