17 de octubre de 2015

NUEVO BLOG.

Sé que hace mucho que no actualizo este blog, pero mirando un poco por aquí me he dado cuenta de que tengo bastantes seguidores y, bueno, ¡que sigo escribiendo!
Actualmente llevo otro blog, en el que escribo, al igual que en los anteriores, pequeños relatos, textos reflexivos y una novela que estoy subiendo por capítulos semanales.
También me he hecho cuenta en wattpad. Para los que no lo conocéis, es una red social de escritores en la que cada cual sube sus relatos, novelas, etc y se comenta y votan los trabajos del resto de usuarios.

Así que bueno, por si os interesa seguir leyendo las cosillas que escribo, os dejo el link del nuevo blog por aquí, el usuario de wattpad y la cuenta de twitter en la que escribo frases sueltas y aviso de las actualizaciones.

Blog: espejismodeana.blogspot.com
wattpad usuario: nitbubu
twitter: @espejismo___

Espero que os guste y lo disfrutéis. Muchas gracias por haberme leído hasta ahora (: Sois increíbles.

Un abrazo.

16 de julio de 2014

Posdata: Siempre.




Que siempre seas el único no ayuda. Pero me gusta.
Solo sé doler y soy consciente, soy el mayor error de tu vida. El mayor error de la mia fue perderte.
Y no tengo derecho a pedir perdón,  creo que ni siquiera tengo derecho a torturarme y sentirme mal, pero ser fría es tan frío... 
Lo peor es que también me duelo a mi, que todo lo hago sin querer, que lo intento una y mil veces y parece ser que nací para cometer errores, para dar todo de mi y no ser suficiente.
Me odio por odiarme.
Soy mi mayor enemiga y a veces pienso que también soy la tuya, a pesar de ser tu mejor amiga.
Dime, ¿acaso alguien te ha hecho más daño que yo? Y soy la persona que más desea verte feliz.
Qué puta ironía,  qué triste y dramático.

No me gusta este frio. No me gusta formar parte de él para que parezca que no duele, para no castigarme, porque ni eso merezco. 
Pero es un bucle. 
Mi bucle frio, estúpido,  insistente y demencial.
Fallo, me odio, no merezco ni el odip y bloqueo los sentimientos mientras todo se derrumba alrededor.

Y podría prometerte un millón de veces que lo haré bien, que no volveré a fallar y que no volveré a hacerte daño,  que tampoco me lo haré a mi misma y que solo sentiré cosas buenas que no deba reprimir, puedo prometertelo un millón de veces, pero no serviría de nada, ninguno de los dos nos creeriamos. He nacido para doler y observar como todo se va derrumbando a mi alrededor mientras lucho por no sentir impotencia y acabar por derrumbarme junto con todo ello. (Y volver a mi hogar)

Siempre has sido todo lo importante, mi vida y mi muerte, las mejores sonrisas y lágrimas y fotos y besos y gritos y abrazos. Has sido la mejor caída libre y el mejor disparo, el mejor suicidio y la mejor forma de renacer. Resucitar. Siempre. Tú. 
Todo lo que importa, marca y duele.
Eres mi caos favorito. 
Por Dios, por ti dejé de escribir cartas a mi ángel guardián. (No, no le abandoné, es que tú eras más real y a la vez imposible. Más poesía, arte, inspiración y (más que) amor) 
Siempre tú y siempre yo. En bucle. Frío y estúpido. 

Y mejor este bucle contigo que sin ti. Pero hasta cuándo. Si no eres inmortal y no es la primera vez que te mato. Nos matamos.
Vaya una forma de amarnos. Quién lo va a entender.

Y lo mejor es que creo que en cada caída libre, en cada bucle, en cada suicidio y resurrección,  nosotros lo entendemos.
Eso creo.



8 de julio de 2014

T.


Le dijeron que tenía que dejar de soñar, que los sueños se la estaban comiendo por dentro como termitas y ella solo sentía cosquillas. 

''Que me envenenen si quieren, que se lleven mi vida, que se lleven a todos los que me rodean, que me conviertan en una inconsciente adicta a los cigarrillos y el perfume de vainilla, que me arrastren al infierno y me ensucien el vestido y que me quemen viva. Que así se cierran las heridas.'' 

Inconsciente, resentida, y aunque no lo sabe, tiene miedo. 
No entiende de intentos, de soplar velas ni de versos. Ella tampoco rima. Lee. Lee. Renace y muere. 

"¿Sacarme de una jaula para encerrarme en otra? Ninguna será condena si me quedo yo. 
Mientras no borren mis garabatos, lo que para mi son cuentos. Mientras no me quiten el humo, la muerte ni el dolor. Mientras no me prohíban romperme en pedazos, ni romper el mundo entero con una sonrisa en la que nadie se va a fijar. Mientras no me quiten las heridas, ni los sueños, ni mucho menos las pesadillas. El dolor."

Pero ella es el dolor, y sin darse cuenta infecta, se infecta y contagia. Escuece tanto que es imposible rozarla. 
¿Que nadie se fija en esa sonrisa? Si supieras la de espejos que ha roto. Si supieras que eres eso que todos desean y temen a la vez. El fruto prohibido. Tú, que odias a Eva. 
Pero qué sabes, inconsciente. Vas bailando sobre el suelo, casi flotando, destrozando el mundo, destrozándolos, y no entiendes de ser normal. Confundes volar con caer al vacío. Confundes abrir heridas con ser real, soñar con vivir y morir con amar. 

Y es normal que seas manzana, que seas sueño y realidad, 
que seas dolor, humo, vainilla, sal, ginebra y mar. 
Que seas viento y vendabal, 
que aprendieras a bailar 
que pisaras la ilusión y rieras sin parar.
Y es normal que odies todo, que desees contagiar,
que conserves la esperanza, pero no quieras parar
que saltes y te suicides, que arrolles trenes y no los cojas. 
Eres rosa, tú, con espinas, marchita y roja. 


20 de enero de 2014

Todo vuelve a su cauce.


Todo está en su sitio. Cayendo. 
Siempre temí la libertad, ser tan libre como para tomar mis propias decisiones, y solo iba bien cuando estaba encadenada. Todo iba bien solo cuando estaba encadenada. Cuando no tenía, teníamos, otra opción. 

Pero todo vuelve a su cauce. Este caos incontrolable. Este miedo imborrable. 
Su sitio es caer. 
Mi sitio es caer.
Estar en el centro de un mundo que no para de moverse, golpeándome con gente que no para de pasar, que no para de venir, de irse, de mirar, de soñar, de ilusionar, de matar, de romper, de sonreír, de creer, de mentir. 
Y vuelta a empezar. 
Vuelta a las noches en vela, al odio, a las mentiras, al amor, a la ilusión, a la destrucción, al dolor. 
Vuelta a las alas. A no dejarme caer, a creer que no me dejaré caer cuando vivo en esta caída libre. Cuando esta caída libre es mi hogar.
Vuelta a querer echarlos de mi lado, a querer irme de su lado, a querer anclarme, encadenarme. Ilusionarme. 
Este miedo imborrable. 
¿Quién se merece esto, si no solo yo? Solo yo merezco esto. 
Esta caída libre es mi hogar. 

15 de enero de 2014

Claro que es necesidad.


Necesito explotar. Dejarme llevar y reventar. 
Golpear las paredes hasta que sangren los nudillos, beber hasta echar el hígado y fumar hasta dejar de sentir los pulmones. 
Llorar y gritar. Lanzarme al vacío. 
Pero está prohibido. Porque si lo hago ellos se sentirán culpables. Porque se creerán culpables.
Porque no entienden que el problema soy yo. Que lo necesito. 
Y no podría soportar perderlo todo en la resaca. 
La resaca del odio. 

Necesito explotar. 

Dejadme salir de aquí, dejad de mirarme así, dejad de prohibirme morir. Dejad de obligarme a esto. 

-

Pero saldré corriendo. Y explotaré. Explotaré lejos, sin que nadie me vea. Y lloraré, y gritaré y me lanzaré al vacío. Porque eso es lo que soy: Una jodida suicida que no puede dejar de destrozarse. 
Aunque así destroce. 

14 de enero de 2014

Pero quédate.


¿Cuántas veces me he despedido de ti y cuántas veces vuelvo a escribirte?
¿Cuántas veces te he echado a patadas de mi lado y cuántas veces has vuelto cuando te he necesitado?
Siempre serás el único que siga a mi lado después de todo. Ya sea porque quieres o porque no puedes irte. Y casi preferiría que no. Porque siento que te hago daño también a ti. 

Porque anoche te dije el "que te jodan" más romántico que he dicho nunca.

¿Qué vas a hacer tú conmigo? Ya no somos esos. Ya no somos esos que son incapaces de alejarse el uno del otro, que van a verse a escondidas cada madrugada solo para dormir abrazados como si no existiera nada ahí fuera. Fuera de nosotros. 
Ya no somos esos. 
Ahora estamos atados, encadenados por obligación. Tú ya no puedes salvarme y yo ya no puedo matarte. 

Quién habrá dado más problemas a quién. 

Pero estás y a veces consuela. Y a veces creo que deberías ser el único que esté. O que yo debería ser la única que esté contigo. Solos. 
Oh Dios, que ya te veo como la última opción, como si fueras a estar tras la última opción. Tras la última decisión de mi vida. 
Sería precioso y lo más doloroso del mundo. Pero estás. 

Perdóname por llorar en 2008. 
Perdóname por hablar de ti, como si ellos lo entendieran. 
Perdóname por haberte pedido que te quedaras. 
Perdóname por haberte pedido que te fueras.
Perdóname por no matarte del todo y por haberlo intentado. 

Al fin y al cabo, soy tu única tortura. Y no puedes deshacerte de mi. Ni yo de ti. 
Quédate. Pero que te jodan. Porque ya no podemos hacer nada. Porque ya no somos esos. 

Casi silencio.


Tan fácil que daba asco. 
Era tan fácil y bonito que tuve que destruirlo. Tuve que dejar que todo se echara a perder. 

Ahora que sé exactamente cuándo fue el momento en el que volábamos más alto. Cuando el resto ni siquiera sabía que tenían alas. Qué teníamos. 
Y me acostumbro a que escueza, como siempre. Y casi me gusta. Como siempre. 

No podemos. No puedo. Seguir así. Sabiendo que guardas mi infierno en tu cajón. Escondiendo tu cielo en cajas de zapatos que nunca me pondré. 
Claro que eres tú. Claro que fuiste tú y claro que serás tú. Toda la puta vida.
Porque confié en mi y cometí el peor error de mi vida, como siempre que confío en mi, como cualquiera que confía en mi. 
Pero creí... Creí que podía. Creí que podía no destrozar algo bello por una vez en mi vida. Creía que duraría para siempre. Creía que me había acostumbrado a eso de flotar y que nunca volvería a desear todo lo contrario. Creí muchas tonterías, y ahora me creo que soy capaz de superarlo, de actuar como si nada, de seguir con mi vida, de autoengañarme y olvidar quién soy. Ni que en algún momento hubiera dejado de ser yo. 
Pero eso de flotar... Eso de flotar hacía que a veces se me olvidara. 

Cualquiera.


Me conozco lo suficiente por desgracia. 
Lo suficiente como para saber que lo voy e echar todo a perder. 
Porque él tiene razón, no tengo nada de especial, soy cualquiera. Soy otra hija de puta sin nada claro en la cabeza. Soy de esas que lo hacen todo sin pensar. Que hablan sin pensar, que sienten sin pensar. 
Porque él tiene razón. Nadie va a entenderme. Si no me entiendo ni yo. 
Porque él tiene razón. Le he decepcionado y él es la víctima estúpida que ha cometido el error de confiar en mi. 

Soy horrible, pero no soy tan estúpida y egoísta como para martirizarme por ello. Simplemente soy consciente. 

Intento vender toda la mierda que tengo en la cabeza como si fuera un tesoro. Con secretismo, como si lo guardara con cariño, cuando lo único que espero es que se me valore más de lo que merezco. 
Hago creer que soy más de lo que muestro, cuando solo somos lo que demostramos. 

Ya lo hice mal mil veces. Ya lo intenté mil veces. 
Y siempre lo complico todo. Puta manía. 
¿Por qué siempre lo complico todo? ¿Por qué no dejo que el mundo siga su curso sin intentar crear ese caos que me encanta? ¿Acaso no me doy cuenta de que todos a mi alrededor acaban mal siempre por ello?

Es normal que él no soporte estar cerca de mi, igual que es normal que él no quiera saber lo que tengo en la cabeza, igual que es normal que él crea que soy cualquiera. Soy cualquiera. 

Solo soy una cualquiera complicando lo fácil y haciendo que todo sea horrible. 
Y siempre será así. No lo voy a cambiar. 

5 de septiembre de 2013

Rencor.


Este rencor que nos tenemos el espejo y yo no puede ser sano.

Intento mirar con otros ojos esta situación, pero siempre llego a la misma conclusión y es que debo de ser una persona de lo más superficial por darme tanto asco. Cuando mirar fotos de cualquier otra persona me hace sentir envidia y rabia. 

Intentar hacerme peinados frente al espejo, peinados que a cualquiera les queda bien y sentirme una mierda cuando, al terminar tras una hora, parezco aún más imbécil. 
Salir de compras y ver la ropa que a todas les queda bien menos a mi. Entrar en quince probadores y salir con ganas de ahorcar a la dependienta con esos pantalones.
Despertarme cada mañana y tener que repetirme en cuanto me veo lo fea que soy, porque es lo que veo. 

Y supongo que, en el fondo, soy una superficial de mierda, por fijarme en eso, por no intentar destacar con mi increíble personalidad (nótese la ironía), sino pretendiendo parecerme en lo más mínimo a cualquiera de esas chicas que tanto me gustan. Cualquiera es mejor que yo. 

Para colmo, no es que sea capaz de destacar en algo. 
Yo solo soy la chica que lee mucho y que intenta escribir algo bueno y nunca le sale. 
Casi que lo prefería cuando era la hija de puta que jodía su vida cada día. Que al menos no era invisible para el mundo. 

Y no es que lo que quiera sea que todos me miren, simplemente quiero dejar de sentirme como un muro de ladrillo viejo y feo al final de un callejón. Aburrido y con el que a nadie le interesa cruzarse. 

Quiero sentir que hay algo en mi que todavía puede sacar algo bueno de la gente. Aunque sea una mirada, aunque sea un "Qué ojos más bonitos tienes" un "Me gusta cómo escribes" o "Gracias por tu música". Como antes. 

¿Tanto he cambiado? ¿Tanto que he pasado de sentirme orgullosa de mi misma a darme este asco? 
No me soporto porque no soy nada. Ni para mi ni para el mundo. 

4 de septiembre de 2013

Se quiebra.


Siempre será el mismo cuento de caer y levantarse. De flotar en el vacío. De volar a ras de suelo. 
Siempre será el mismo intento de arreglarnos y rompernos. De quedar por encima. De ser más. 

Siempre el orgullo va a venir a intentar salvarnos, sin darse cuenta de que es él quien nos destroza.
Y esta cabezonería no se va. Pero queda esto. 

Nuestro último suspiro. La penúltima ocasión de redimirnos. 

Como figuras de cristal en la repisa de alguien que ya no limpia el polvo.