14 de enero de 2014

Cualquiera.


Me conozco lo suficiente por desgracia. 
Lo suficiente como para saber que lo voy e echar todo a perder. 
Porque él tiene razón, no tengo nada de especial, soy cualquiera. Soy otra hija de puta sin nada claro en la cabeza. Soy de esas que lo hacen todo sin pensar. Que hablan sin pensar, que sienten sin pensar. 
Porque él tiene razón. Nadie va a entenderme. Si no me entiendo ni yo. 
Porque él tiene razón. Le he decepcionado y él es la víctima estúpida que ha cometido el error de confiar en mi. 

Soy horrible, pero no soy tan estúpida y egoísta como para martirizarme por ello. Simplemente soy consciente. 

Intento vender toda la mierda que tengo en la cabeza como si fuera un tesoro. Con secretismo, como si lo guardara con cariño, cuando lo único que espero es que se me valore más de lo que merezco. 
Hago creer que soy más de lo que muestro, cuando solo somos lo que demostramos. 

Ya lo hice mal mil veces. Ya lo intenté mil veces. 
Y siempre lo complico todo. Puta manía. 
¿Por qué siempre lo complico todo? ¿Por qué no dejo que el mundo siga su curso sin intentar crear ese caos que me encanta? ¿Acaso no me doy cuenta de que todos a mi alrededor acaban mal siempre por ello?

Es normal que él no soporte estar cerca de mi, igual que es normal que él no quiera saber lo que tengo en la cabeza, igual que es normal que él crea que soy cualquiera. Soy cualquiera. 

Solo soy una cualquiera complicando lo fácil y haciendo que todo sea horrible. 
Y siempre será así. No lo voy a cambiar. 

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