20 de enero de 2014

Todo vuelve a su cauce.


Todo está en su sitio. Cayendo. 
Siempre temí la libertad, ser tan libre como para tomar mis propias decisiones, y solo iba bien cuando estaba encadenada. Todo iba bien solo cuando estaba encadenada. Cuando no tenía, teníamos, otra opción. 

Pero todo vuelve a su cauce. Este caos incontrolable. Este miedo imborrable. 
Su sitio es caer. 
Mi sitio es caer.
Estar en el centro de un mundo que no para de moverse, golpeándome con gente que no para de pasar, que no para de venir, de irse, de mirar, de soñar, de ilusionar, de matar, de romper, de sonreír, de creer, de mentir. 
Y vuelta a empezar. 
Vuelta a las noches en vela, al odio, a las mentiras, al amor, a la ilusión, a la destrucción, al dolor. 
Vuelta a las alas. A no dejarme caer, a creer que no me dejaré caer cuando vivo en esta caída libre. Cuando esta caída libre es mi hogar.
Vuelta a querer echarlos de mi lado, a querer irme de su lado, a querer anclarme, encadenarme. Ilusionarme. 
Este miedo imborrable. 
¿Quién se merece esto, si no solo yo? Solo yo merezco esto. 
Esta caída libre es mi hogar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario