20 de enero de 2014

Todo vuelve a su cauce.


Todo está en su sitio. Cayendo. 
Siempre temí la libertad, ser tan libre como para tomar mis propias decisiones, y solo iba bien cuando estaba encadenada. Todo iba bien solo cuando estaba encadenada. Cuando no tenía, teníamos, otra opción. 

Pero todo vuelve a su cauce. Este caos incontrolable. Este miedo imborrable. 
Su sitio es caer. 
Mi sitio es caer.
Estar en el centro de un mundo que no para de moverse, golpeándome con gente que no para de pasar, que no para de venir, de irse, de mirar, de soñar, de ilusionar, de matar, de romper, de sonreír, de creer, de mentir. 
Y vuelta a empezar. 
Vuelta a las noches en vela, al odio, a las mentiras, al amor, a la ilusión, a la destrucción, al dolor. 
Vuelta a las alas. A no dejarme caer, a creer que no me dejaré caer cuando vivo en esta caída libre. Cuando esta caída libre es mi hogar.
Vuelta a querer echarlos de mi lado, a querer irme de su lado, a querer anclarme, encadenarme. Ilusionarme. 
Este miedo imborrable. 
¿Quién se merece esto, si no solo yo? Solo yo merezco esto. 
Esta caída libre es mi hogar. 

15 de enero de 2014

Claro que es necesidad.


Necesito explotar. Dejarme llevar y reventar. 
Golpear las paredes hasta que sangren los nudillos, beber hasta echar el hígado y fumar hasta dejar de sentir los pulmones. 
Llorar y gritar. Lanzarme al vacío. 
Pero está prohibido. Porque si lo hago ellos se sentirán culpables. Porque se creerán culpables.
Porque no entienden que el problema soy yo. Que lo necesito. 
Y no podría soportar perderlo todo en la resaca. 
La resaca del odio. 

Necesito explotar. 

Dejadme salir de aquí, dejad de mirarme así, dejad de prohibirme morir. Dejad de obligarme a esto. 

-

Pero saldré corriendo. Y explotaré. Explotaré lejos, sin que nadie me vea. Y lloraré, y gritaré y me lanzaré al vacío. Porque eso es lo que soy: Una jodida suicida que no puede dejar de destrozarse. 
Aunque así destroce. 

14 de enero de 2014

Pero quédate.


¿Cuántas veces me he despedido de ti y cuántas veces vuelvo a escribirte?
¿Cuántas veces te he echado a patadas de mi lado y cuántas veces has vuelto cuando te he necesitado?
Siempre serás el único que siga a mi lado después de todo. Ya sea porque quieres o porque no puedes irte. Y casi preferiría que no. Porque siento que te hago daño también a ti. 

Porque anoche te dije el "que te jodan" más romántico que he dicho nunca.

¿Qué vas a hacer tú conmigo? Ya no somos esos. Ya no somos esos que son incapaces de alejarse el uno del otro, que van a verse a escondidas cada madrugada solo para dormir abrazados como si no existiera nada ahí fuera. Fuera de nosotros. 
Ya no somos esos. 
Ahora estamos atados, encadenados por obligación. Tú ya no puedes salvarme y yo ya no puedo matarte. 

Quién habrá dado más problemas a quién. 

Pero estás y a veces consuela. Y a veces creo que deberías ser el único que esté. O que yo debería ser la única que esté contigo. Solos. 
Oh Dios, que ya te veo como la última opción, como si fueras a estar tras la última opción. Tras la última decisión de mi vida. 
Sería precioso y lo más doloroso del mundo. Pero estás. 

Perdóname por llorar en 2008. 
Perdóname por hablar de ti, como si ellos lo entendieran. 
Perdóname por haberte pedido que te quedaras. 
Perdóname por haberte pedido que te fueras.
Perdóname por no matarte del todo y por haberlo intentado. 

Al fin y al cabo, soy tu única tortura. Y no puedes deshacerte de mi. Ni yo de ti. 
Quédate. Pero que te jodan. Porque ya no podemos hacer nada. Porque ya no somos esos. 

Casi silencio.


Tan fácil que daba asco. 
Era tan fácil y bonito que tuve que destruirlo. Tuve que dejar que todo se echara a perder. 

Ahora que sé exactamente cuándo fue el momento en el que volábamos más alto. Cuando el resto ni siquiera sabía que tenían alas. Qué teníamos. 
Y me acostumbro a que escueza, como siempre. Y casi me gusta. Como siempre. 

No podemos. No puedo. Seguir así. Sabiendo que guardas mi infierno en tu cajón. Escondiendo tu cielo en cajas de zapatos que nunca me pondré. 
Claro que eres tú. Claro que fuiste tú y claro que serás tú. Toda la puta vida.
Porque confié en mi y cometí el peor error de mi vida, como siempre que confío en mi, como cualquiera que confía en mi. 
Pero creí... Creí que podía. Creí que podía no destrozar algo bello por una vez en mi vida. Creía que duraría para siempre. Creía que me había acostumbrado a eso de flotar y que nunca volvería a desear todo lo contrario. Creí muchas tonterías, y ahora me creo que soy capaz de superarlo, de actuar como si nada, de seguir con mi vida, de autoengañarme y olvidar quién soy. Ni que en algún momento hubiera dejado de ser yo. 
Pero eso de flotar... Eso de flotar hacía que a veces se me olvidara. 

Cualquiera.


Me conozco lo suficiente por desgracia. 
Lo suficiente como para saber que lo voy e echar todo a perder. 
Porque él tiene razón, no tengo nada de especial, soy cualquiera. Soy otra hija de puta sin nada claro en la cabeza. Soy de esas que lo hacen todo sin pensar. Que hablan sin pensar, que sienten sin pensar. 
Porque él tiene razón. Nadie va a entenderme. Si no me entiendo ni yo. 
Porque él tiene razón. Le he decepcionado y él es la víctima estúpida que ha cometido el error de confiar en mi. 

Soy horrible, pero no soy tan estúpida y egoísta como para martirizarme por ello. Simplemente soy consciente. 

Intento vender toda la mierda que tengo en la cabeza como si fuera un tesoro. Con secretismo, como si lo guardara con cariño, cuando lo único que espero es que se me valore más de lo que merezco. 
Hago creer que soy más de lo que muestro, cuando solo somos lo que demostramos. 

Ya lo hice mal mil veces. Ya lo intenté mil veces. 
Y siempre lo complico todo. Puta manía. 
¿Por qué siempre lo complico todo? ¿Por qué no dejo que el mundo siga su curso sin intentar crear ese caos que me encanta? ¿Acaso no me doy cuenta de que todos a mi alrededor acaban mal siempre por ello?

Es normal que él no soporte estar cerca de mi, igual que es normal que él no quiera saber lo que tengo en la cabeza, igual que es normal que él crea que soy cualquiera. Soy cualquiera. 

Solo soy una cualquiera complicando lo fácil y haciendo que todo sea horrible. 
Y siempre será así. No lo voy a cambiar.