26 de octubre de 2011

Como tocar las estrellas.


-¿Qué ha sido eso?
+¿El qué?
-Sabes de lo que hablo.
+No lo sé... Ha sido como tocar las estrellas.


Sí, como tocar las estrellas desde el fondo del mar.
Como una enorme felicidad por algo sin importancia, como sentirte culpable cuando haces algo bueno por alguien que tu mejor amigo odia.
Es como algo que no te esperas.
Despertarte con una carcajada porque sabes que anoche un desconocido te hizo feliz. No, porque sabes que hoy volverás a verle y puede que deje de ser un simple desconocido.
Sí, lo bueno llega cuando menos te lo esperas, y aunque tal vez yo sea tan... yo, y no pueda olvidar lo malo, creo que hoy por hoy, todo lo bueno lo compensa.
No puedo arrancar el pasado de mi, aun me queda mucho que analizar y yo no sé olvidar. Aún me queda mucho que ordenar, me queda mucho para terminar de separar lo que me tengo que quedar y lo que tengo que tirar a la basura. Mi pasado es muy largo, y eso que casi todo se resume en apenas 3 años.
Lo que pretendía decir con esta entrada es que sí, el pasado tal vez no lo olvide jamás (tal vez en un par de meses) tal vez le dé demasiada importancia o lo necesite como parte de mi presente, pero, también puedo vivir el presente mientras tanto.
Puedo apreciar lo que un vuelco del corazón me hace sentir, el sonido de su voz, su risa, sus ganas de hacerme feliz, mi esfuerzo por hacer feliz a alguien y esas madrugadas, esas noches, esos viernes que siempre acaban mal pero empiezan genial, puedo apreciar que alguien que apenas conozco pueda hacerme la persona más feliz del mundo. Puedo apreciar eso, dure el tiempo que dure. Me robe las lágrimas que me robe, al final del trayecto.

Esto es lo que me robó el silencio, tocando las estrellas.

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