10 de octubre de 2011

¿Y todos los momentos?


Esta tarde miro fotos y recuerdo todo lo que pasamos.

Amistad. Todos decimos que es para siempre, y siempre se acaba rompiendo, siempre se van los que menos esperas. Y hoy vuelvo a darme cuenta de lo rápido que desaparece todo, de lo rápido que acaba todo.
Hace apenas 2 meses eramos como hermanas, nada era capaz de separarnos, y nada iba a hacerlo. Ni ellos, ni ellas, ni nosotras, nada ni nadie. Pero cuando más segura estaba de que la amistad verdadera nunca acaba, me volví a ver sola, como aquella mañana hace 3 años, como cuando perdí a lo que llamaba "mejor amiga".
Desde aquello, en aquel 2009, me ví completamente incapaz de volver a creer en la amistad, tenía colegas, pero nunca amigos y mucho menos, pensaba volver a llamar a alguien "mejor amigo/a". Pero no me dí cuenta de que tú lo eras, tú eras mi mejor amiga, y sí, es posible volver a creer en ello, cuando pasas los mejores momentos de tu vida con alguien, cuando cuentas tus secretos, cuando eres su hombro y ella es el tuyo, para desahogarte, cuando solo hace falta una llamada telefónica para que aparezca en tu casa con pipas, palomitas y una película cuando estás mal, cuando le dices "este chico no me gusta para ti" y cuando le dices al mismo chico "te juro que como le hagas daño a mi amiga te corto los huevos" ahí, cuando te ríes durante horas con esa persona, cuando haces tonterías por la calle, sin importarte quien esté alrededor, cuando puedes ser tú, y no tienes que finjir nada, ahí, ahí te das cuenta de que tienes un mejor amigo al lado, que la vida sin él no sería la misma, que si desapareciera, ¿Con quién ibas a pasar noches en vela cantando canciones de Disney? ¿A quién ibas a escuchar en la oscuridad llorar por cosas que solo tú comprendes? ¿Quién iba a escucharte a ti? ¿Quién iba a darme la mano cuando llorara por las noches si no era ella?.
Te das cuenta de que tienes un mejor amigo, cuando lo pierdes, y tal vez ese haya sido mi error, tenía tanto miedo de llamarla "mejor amiga", por no saber que hacer cuando la perdiera, que no fui capaz de ver que realmente no había sido desde el primer día. Que con ella, me enamoré por primera vez, que a ella le conté mis secretos, que con ella dí mi primera calada, mi primer trago, que con ella, fui a mi primera fiesta, que con ella pasé noches en vela, que con ella corrí en pijama por la calle en mitad de la noche, ví más películas que con nadie, conocí a mucha gente, pero siempre con ella, y siempre ibamos sonriendo, y siempre nos complementabamos, y si ella estaba mal, yo le sacaba una sonrisa.
Y cuando ella se ponía mala en el instituto, y se iba a casa, yo también, y cuando nos saltabamos las clases, ¿Quién iba a salvarme del marrón cuando nos pillara la policía si no era ella? Y lo más triste es que podría pasarme diciendo momentos, tanto tiempo como he estado a su lado, y eso no haría que regresaran.
Y no pretendo pedir perdón, tal vez por no apreciar lo que tenía, porque sé que eso no hará que vuelva, porque no es la primera vez que me pasa, y solo me queda quedarme sola poco a poco, una vez más, y darme cuenta de lo bien que lo pasabamos juntas, y de lo poco que lo valoré, de lo poco que aproveché esos momentos, de que me rallaba por tonterías, cuando podría haber pasado esos días riendo con ella.
Pero esta vez no voy a dejar que mi orgullo pueda conmigo, esta vez no voy a decir lo mucho que me molesta darme cuenta de que estoy sola, no me voy a enfadar ni voy a patalear, voy a recordar, y a quedarme con todo lo bueno que pasamos, y todo lo que aprendimos juntas, porque sé que vale la pena, porque nunca fuimos solo amigas, fuimos mejores amigas. Y espero poder decir que lo vamos a ser durante muchísimo tiempo.

Esto es lo que me robó el silencio, contando hasta doce.

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