13 de junio de 2011

Tal vez lo leas.



Y no quiero que me odies, por hacerte recordar, pero necesitaba escribirlo ya. Necesitaba escribir lo que me llevo callando unos meses.
Te echo tanto de menos como cuando volvía a casa despues de pasar la tarde a tu lado. Te sigo queriendo, pero ya cambié la contraseña de mi tuenti en la que ponía "aúnteamo" solo por mentirme a mi misma.
A veces pienso que no me importa estar como estoy contigo, aunque tenga que soportar a otras tias a tu lado, aunque no pueda besarte, ni correr hasta ti para abrazarte cada vez que te vea, aunque no pueda decirte lo mucho que te echo de menos, al menos te tengo y sé cuando estás bien y cuando no, y puedo evitar que estés mal.

Pero te echo tantísimo de menos... Y estoy esforzandome por recuperar recuerdos que un día quise olvidar, y aunque, no todos sean buenos, me he dado cuenta de que ganan, de que, a pesar de los momentos malos que pasamos, los que rompieron lo nuestro, hay muchísimos más momentos buenos, ahora que se piensa en frio, se ve todo más claro.
Dejamos que todo se rompiera de la forma más absurda y cobarde, dejamos que nuestro orgullo fuera más fuerte que lo que sentíamos por dentro y ni nos paramos a pensar en porqué llegamos a rabiar tanto, cuando ahora es tan sencillo darse cuenta de que era porque nos seguiamos amando. Pero antes eramos los dos, ahora solo sigo amandote yo.

He intentado olvidarte con otros tios, que estúpida. Drogas, locuras, autoengaño... No hay droga más dura que tú y nunca nadie me volverá tan loca. Y despues de este tiempo he comprendido que no voy a hacer desaparecer ese pensamiento que siempre tengo de ti, algo que ya se ha convertido en permanente y se ha quedado dentro. No sé si tengo que aprender a vivir contigo tan cerca y a la vez tan lejos, si luchar, aunque sinceramente, yo ya he agotado todas las esperanzas o si largarme y alejarme de ti. Oh que va, no pienso volver a alejarme de ti nunca jamás.

Supongo que tendré que acostumbrarme a quererte tanto como siempre, con la misma intensidad que el primer día, y que el último, con las mismas ganas de tenerte, como si fueras algo inalcanzable, como cuando te enamoras en un sueño. Pero, al fin y al cabo, sería el sueño más hermoso del mundo, y nunca lo voy a olvidar ni a tratar de pesadilla.


Esto es lo que me roba el silencio, desde aquel viernes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario