11 de septiembre de 2011

Huir de lo que creamos.


Huir de lo más hermoso del mundo. De un pasado lleno de mi misma, de todo lo que creé, de esas ilusiones, de esos sueños, tirarlo todo a la basura, para huir lejos.
Ojalá fuera todo más fácil, ojalá fuera tan fácil como olvidar, como dejar de lado lo que me destroza, pero supongo que estoy demasiado destrozada como para reconstruirme.
Por eso hemos tenido que llegar a esto. ¿Que soy cobarde? Mucho, muchísimo, ¿Que no soy capaz de enfrentarme a mis problemas? Ni lo dudes. No soy capaz porque me he enfrentado tantas veces que nunca los dejé pasar, que se han quedado aquí como parte de mi misma y solo me queda huir, como una cobarde.
Solo queda no volver a mirarte a los ojos, para no perderme cada vez que lo hago. Solo me queda no volver a verle las caras a esos que rompieron la parte de mi que más me gustaba. No tener que contar a hipócritas el porqué soy como soy, el cómo he acabado siendo así. Alejarme.
Alejarme para no ser yo nunca más.
Para no hacerte daño, para no volver a soñar, para vivir como ellos, como si nunca hubieran tenido pasado, centrarme en el presente y dejar aquí esa pesada carga.
Para alejarme de lo que creamos...

Esto es lo que me robó el silencio, un triste domingo. Lo siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario