1 de septiembre de 2011

¿Qué se siente cuando no se siente nada?


El vacío, los recuerdos, todo lo que aprendimos un día.
Mil sensaciones que no sabemos dónde encajar, al igual que los golpes, las sonrisas y los momentos de euforia.
¿Qué se siente cuando no se siente nada? Todo. Lo sentimos todo. El no sentir nada es simplemente un bloqueo, un bloqueo del alma, cerrar el corazón y negarnos a cualquier sentimiento que antes hubiera acabado en dolor, en cualquier tipo de dolor, acoger cualquier sentimiento que siempre nos impidió sentir ese dolor, aunque fuera evitándonos sentir otras cosas buenas.
No sentir nada es sentir demasiado. Tanto que todo lo que sentimos acaba haciéndose una bola en nuestro estómago y a revolverse hasta hacernos vomitar ansiedad e indecisión, miedo, pánico y cobardía.

Y desde que el tiempo se paró no supe ver las cosas como el resto. Como las veía siempre.
No sé si empecé a sentir demasiado o dejé de sentir todo. Sé que me cerré completamente a cualquier cosa que me recordase a mi pasado, tanto lo malo como lo bueno, evitándome así sentir más angustia y miedo.
No me importaba que todos me vieran como alguien a quien todo le causaba indiferencia, alguien a quien no le importaba nada. Seguía dando un paso atrás ante la mínima duda, ante la mínima señal de dolor que viera de lejos.
Y no me importaba como me viera el resto.

Esto es lo que me robó el silencio, charlando con la indiferencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario