28 de noviembre de 2012
Para siempre.
Sus miradas se cruzaron. Se comieron.
5 metros.
En un tímpano rebotaba el sonido de un piano, en el otro, el de una guitarra eléctrica.
Sonreían. Se comían.
Se acercaron, hablaron durante horas, el tiempo ya no pasaba, pasaba muy rápido, se abrazaron, se besaron, se arroparon, se escucharon y vivieron.
Se casaron, compartieron futuro, cama y muerte.
Sus miradas se cruzaron. Se comieron.
7 metros.
En un tímpano rebotaba el sonido del viento, en el otro, un saxofón.
Sonreían.
Se pensaban.
Se olvidaban.
El autobús paró frente a ella y la compañía paró frente a él.
12 metros.
Tal vez otro día se encontraran a mucho menos. Pero ya se habían olvidado.
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