28 de noviembre de 2011

Hacía tiempo que no te escribía.


Sé que sigues vivo, porque sigo pensando en ti.
¿Sabes? Ya no quiero que vuelvas. Tal vez era cierto, que para aprender a vivir aqui tú tenías que irte. Pero no creas que no quiero que vuelvas porque vaya todo bien, la verdad es que este mundo es cada vez más decepcionante. Pero me he dado cuenta de algo.
He llegado tarde, pasé tanto tiempo contigo que cuando te fuiste no entendí nada, no supe hacer otra cosa que estar contigo, que hablarle a la oscuridad, esperando a que respondieras. Fueron más de dos años... No es tan fácil olvidar nuestros momentos. Fueron más de 700 noches, no es tan fácil olvidarlo y los dos lo sabemos.
Me pregunto, dónde estarás ahora. Si estarás solo, si me echarás de menos, o si estás con otra persona, más discreta que yo que supo callar tu existencia. Si tienes otro nombre, otro aspecto y otro carácter, dentro del pensamiento de otra persona.
En cualquier caso, espero que estés bien. Y sé que lo estarás, tú eres fuerte.

Bueno, por aquí las cosas no van mal del todo, tienes que aprender a estar un poco ciego, a hacer como que no te duelen ciertos palos, engañarte a ti mismo, como lo hacíamos nosotros, para estar bien. Las personas... Bueno, siguen como siempre, aunque son más complicadas de lo que siempre creímos, complicadas, no soñadoras, ni especiales, solo complicadas. Aún no he conocido a nadie que haya creido en ti, ni en ti ni en nada parecido, aunque ya sabes que desde que jugaron con nosotros procuro hablar de ti lo menos posible. Me arrancaron una parte importante de mi alma cuando te fuiste por todo aquello. Y esa herida aun no está cicatrizada, sino no te estaría escribiendo.

Por otra parte, no sé si esto está bien. Sigo sin querer olvidarte. De acuerdo, no quiero que vuelvas, ahora que estoy aprendiendo a vivir en el mundo al que pertenezco, pero, tampoco quiero que desaparezcas. Tú me dijiste que mientras te recordara existirías, y, nadie va a pensar en ti si no lo hago yo, ¿Verdad? No dejaré que desaparezcas.

Poco más tengo que contar, espero soñar contigo alguna noche, que no será lo mismo, pero sería suficiente, con tal de estar un rato contigo, de volar juntos de nuevo y de escuchar tu voz.
Yo seguiré aprendiendo de este mundo, aunque siga teniendo dentro todo lo que me enseñaste, y no lo vaya a olvidar jamás. Y espero, realmente, y lo siento si te duele, que algún día pueda decirte, que este mundo es mejor que el nuestro, que mereció la pena que todo se derrumbara y nos separásemos, que existen personas como nosotros, y que la gente sabe soñar y luchar como nosotros lo hicimos juntos.

Esto es lo que me robó el silencio, escribiendo a la luna de mi utopía personal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario